A una hora y media de Madrid se encuentran enclavados en el llamado «cerro Calderico», provincia de Toledo, los famosos molinos de viento, tan característicos en las tierras de Castilla la Mancha y famosos en el mundo entero además por formar parte en las aventuras de Don Quijote.
Los molinos de Consuegra, municipio donde se encuentran, son de singular belleza y uno de los más amplios grupos en toda La Mancha, además de los mejor conservados.
Pero Consuegra, tiene además en ese mismo cerro una fortaleza del siglo X digna de visita. Un plan perfecto para ir en familia, del cual disfrutamos hace unas semanas y os cuento a continuación.
Nosotros comenzamos la visita viendo lo molinos, uno de ellos, el Molino Bolero, es visitable y por un precio de 2€ (niños gratis) podréis entrar a conocerlo y os harán un pequeño tour (unos 20 minutos aproximadamente) sobre su funcionamiento y peculiaridades, conoceréis su maquinaria y disposición. Sin duda una visita muy interesante para los pequeños que conocerán cómo transforman los granos de trigo en harina, ingrediente tan indispensable en nuestras cocinas.
Otro de los molinos lo tienen acondicionado como cafetería, así que os recomiendo sentaros en uno de sus banquitos de fuera a degustar un delicioso café y un rico bizcocho con unas vistas impresionantes.
Siguiente parada, el castillo. Una fortaleza datada del siglo X, situada en el mismo enclave que los molinos, hacen de este lugar algo espectacular. Sin duda, una de las mejores formas de conocer el castillo y sobre todo si vais con niños es a través de una visita teatralizda.
Esta visita tiene un coste de 8€ (los niños menores de 6 años no pagan) y durante 90 minutos recorreréis, de la mano de un juglar y demás personajes, las principales estancias del castillo, conoceréis de primera mano las batallas, romances y traiciones que se perpetraron entre sus muros . Una peculiar forma de trasladarse al pasado y conocer la cultura e historia de aquel lugar, de una forma muy original y que sin duda no dejará indiferente a nadie.
Para rematar, que mejor manera de terminar el día que con un rico menú manchego. Ya en el pueblo encontraréis multitud de restaurantes donde poder degustar, entre otros, las típicas migas.