Hace unos días os hablaba de un libro interactivo que a nosotros nos gusta mucho, el El libro inquieto, un simpático álbum ilustrado con el que divertirse y jugar mientras leemos. Podéis consultar la reseña que hice sobre él aquí.
Nos referimos a libros interactivos a aquellos con los que podemos interactuar directamente con el libro, nada de baterías, nada de libros digitales, en papel, que son los que más nos gustan y los que consideramos aportan multitud de beneficios a los pequeños. Este tipo de libros además me parecen un recurso fantástico para fomentar la lectura a la vez que permite a los pequeños participar e integrarse en la historia mediante la ejecución de acciones sencillas. Además de despertar los cinco sentidos, son capaces de desarrollar el ingenio, la motricidad y la imaginación a la vez que el gusto por la lectura.
Nosotros empezamos con este tipo de libros cuando Daniel tenía algo menos de dos años de la mano de Tap the magic tree, un precioso libro interactivo que nos permite aprender sobre el cambio de las estaciones del año y qué sucede en cada una de ellas gracias a los cambios que vamos viendo en un gran manzano. Aunque he de reconocer que Daniel era un poco pequeño para poder entenderlo, poco a poco fue aprendiendo que hacer en cada página y al poco tiempo se convirtió en un experto y sólo con ver el dibujo ya sabía que había qué hacer: tocar las hojas, dar palmadas, un beso, soplar, etc. Es un libro bonito que abarca muchas edades, a mi sobrina con 5 años le encanta también jugar con él.
Luego conocimos del genial Hervé Tullet su libro ¿Jugamos? Mismo concepto de libro interactivo que los anteriores pero esta vez con un punto rojo como protagonista. Los pequeños con sus dedos tendrán que entre otras cosas, desplazar al punto, espachurrarlo para ayudarle a saltar, agitar la cabeza, contar hasta diez, etc. (A partir de 3 años).
De este mismo autor encontramos otros títulos como:
Un libro. Un circulo amarillo aparece sobre una pagina en blanco al abrir el libro. Entonces se invita a pulsar sobre él con el dedo para averiguar qué ocurre. Para saber la respuesta simplemente hay que pasar la página. Ese es el comienzo de la magia, a medida que avanzamos encontraremos círculos rojos, amarillos, azules a los que tendremos que frotar, apretar, soplar, agitar. Este baile de círculos se ve encadenado en una divertida complicidad con el lector de una forma espectacular y sorprendente. (A partir de 4 años).
Colores. Un punto gris nos da la señal de partida a un montón de juegos de colores. ¿Qué pasa si se aprieta ese punto? ¿Y si apoyamos la mano sobre un montón de puntos de colores? ¿O si mezclamos el rojo y el azul? ¿Y si el libro de agita, se inclina, se cierra y se abre? ¡Magia! (A partir de 3 años).
Este tipo de libros se caracterizan además de la interacción con ellos, por los dibujos simples y el poco texto que incluyen, lo cual los convierte además en buenas herramientas para primeros lectores.